sábado, 12 de abril de 2014

Se me perdió el gen del patriotismo


Es un hecho, yo vine sin eso de fábrica. Soy ciudadana del mundo. 



     Nacida en Venezuela y de padres, tios, abuelos y primos españoles (si, la única que nació de este lado del charco) Me gusta el café colombiano, las playas venezolanas, los tacos mexicanos, los carros alemanes, la empanada gallega, la paella valenciana, el flamenco de Andalucía, mi novio italiano, el té de la china, el mate argentino, el fútbol español, las series americanas, la lluvia de Londres....¿De verdad tengo que sentir más amor por un lugar que por otro? 

     Y sin embargo hay algo que yo si defiendo muuucho y es el sentido de pertenencia. Soy de las que cree que por la falta de eso Venezuela y tantos otros lugares están como están. El asunto es que yo siento que cada sitio al que voy es un poquito mío, que tan solo caminar una calle me pone en deuda con ese lugar y solo por eso debo respetarlo, honrarlo y cuidarlo.

     Hay momentos en los que quisiera emocionarme con un himno nacional, pero nada...¿Saben que canción si me eriza la piel y me arruga el corazón desde siempre? "Venezuela" casualmente (no creo mucho en casualidades) escrita por  dos españoles: Pablo Herrero y José Luis Armenteros. Y aunque parezca loco y contradictorio, creo que algo de sentido tiene. Esa canción saca lo más bonito de este país, realmente "entre tus playas quedó mi niñezpero como dice, "me iré por esos mundos de Dios" "...y tus recuerdos al atardecer me harán más corto el camino" O sea, me voy llevándome lo más hermoso que este país ha podido darme, me voy llevándome los recuerdos, las experiencias para seguir sin mirar atrás a donde me lleve el viento.

    Y les cuento que me voy con la conciencia tranquila porque le he dado a Venezuela lo que trato de darle a todos: lo mejor de mí. Decidí tener una profesión que me ha permitido sembrar semillitas de amor, respeto, tolerancia, paciencia, ciudadanía en todos los niños que han pasado por mis salones de clase todos estos años. Decidí bailar para expresarme pero por añadidura enriquecí la cultura. Decidí no comerme semáforos, trabajar de 7 am a 6pm, no dármela de viva, no evitar colas manejando por el hombrillo, no rasparme mi cupo cadivi ni mucho menos venderlo, votar en cuanta elección ha habido en pro de la democracia, no insultar a todos los que hacen exactamente lo contrario a todo esto y sin embargo sienten que son mejores ciudadanos que otros que nos vamos.

     A donde sea que vaya, haré exactamente lo mismo, porque yo lo hago no porque amo a Venezuela (que por supuesto que la amo) sino porque gracias a Dios mis padres me enseñaron que hay que dar lo mejor de uno esté donde esté y haga lo que haga.

     Nada como lo natural, y lo natural es que no existan fronteras. No te las pongas tu.

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